La aristocracia británica y la vulgaridad norteamericana — una lectura de El fantasma de Canterville

La aristocracia británica y la vulgaridad norteamericana — una lectura de El fantasma de Canterville

El fantasma de Canterville fue escrito en 1887, durante la era victoriana en Inglaterra. Se trataba de un periodo en el que la aristocracia inglesa empezó a ver cómo su prolongado poder en la sociedad disminuía a medida que la nueva clase media ganaba riqueza y estatus. Mientras que muchos escritores de la época imaginaban a la aristocracia cayendo ante la creciente clase media británica, El fantasma de Canterville describe a unos aristócratas irrelevantes e impotentes que sucumben a un destino aún peor: ceder su lugar en la sociedad a los norteamericanos, el grupo que consideraban más vulgar. Wilde se burla tanto de la estirpe estirada de los aristócratas ingleses como de la insípida practicidad de los estadounidenses, satirizando la premisa misma de la guerra de clases al ridiculizar a ambos grupos por igual y mostrarlos enzarzados en una absurda disputa por una mansión en decadencia.

Criticando a ambos bandos por igual, Wilde reduce a los norteamericanos y a los aristócratas ingleses a absurdos estereotipos. Utilizando a la familia Otis como encarnación de todos los norteamericanos, Wilde los retrata como grotescamente vulgares y descerebradamente prácticos. Por ejemplo, los americanos son tan prácticos que apenas reaccionan ante la presencia de un fantasma en la casa. En lugar de ello, se burlan de Sir Simon, limpian las pruebas de su existencia y permanecen inmunes a asustarse. Esta actitud displicente ante la presencia de un fantasma aterrador pretende sugerir la ignorancia y la arrogancia de la indiferencia americana hacia la aristocracia, que los británicos consideraban casi sagrada. Por otra parte, Wilde muestra a la aristocracia, representada por Sir Simon, como estirada, irrelevante, engreída e incluso patética. Sir Simon, cuyos trucos han aterrorizado a generaciones de residentes ingleses de Canterville Chase, no consigue asustar a los norteamericanos. Mientras Sir Simon está acostumbrado a ser temido y respetado por el mero hecho de ser un fantasma, la familia Otis le trata como una molestia sin importancia, lo que le hiere profundamente. Se hunde en una depresión y luego elabora furiosos (aunque ineficaces) planes de venganza, lo que demuestra la incapacidad de la aristocracia para hacer frente a su menguante poder y relevancia en la época victoriana.

Aunque Wilde se burla tanto de los aristócratas británicos como de los estadounidenses, cree claramente que éstos llevan las de ganar y que el declive de la aristocracia británica es inevitable. Sir Simon ha estado atrapado como un fantasma durante cientos de años como castigo por matar a su esposa, y anhela ser liberado en el otro mundo. Wilde parece sugerir que la aristocracia está en el limbo. Los aristócratas carecen del poder y el prestigio que una vez tuvieron, pero su clase no ha sido desmantelada del todo. Como tales, viven en un doloroso estado en el que intentan evitar la humillación de la decadencia negando lo evidente: su poder es inadecuado para la vida contemporánea. Por otra parte, Wilde muestra que, aunque el sentido práctico de la familia Otis y su negativa a asustarse u ofenderse es quizá inculto, también es una forma eficaz de vivir. Sir Simon ha gobernado Canterville Chase durante siglos, y los norteamericanos son los primeros residentes que pueden vivir con normalidad en la casa, lo que demuestra su poder ascendente. A pesar de que Sir Simon no puede asustar a la familia, los gemelos Otis consiguen aterrorizar a Sir Simon con una travesura, lo que demuestra que el poder al estilo norteamericano tiene vigencia en el mundo contemporáneo.

Aunque Wilde cree que la vulgaridad y el sentido práctico que encarnan los norteamericanos es el camino del futuro, sugiere que la lucha entre aristócratas y estadounidenses es insensata. La crítica más evocadora de Wilde a la lucha de clases es el conflicto de la familia Otis con Sir Simon acerca de la mancha de sangre secular del asesinato de la esposa de Sir Simon. Inmediatamente después de mudarse a Canterville Chase, la señora Otis ve la mancha de sangre en la alfombra, pero no puede decir de qué se trata. Una vez que el ama de llaves, la señora Umney, se lo cuenta, la señora Otis ordena que la quiten, ya que no le «interesan las manchas de sangre en una sala de estar». La irreverencia de su reacción —su falta de preocupación por cómo puede haber llegado allí la sangre— ridiculiza la abrumadora practicidad de la relación de la señora Otis con la casa. La reacción de la señora Umney, sin embargo, no es menos absurda. Protectora de la tradición y la historia británicas (por espeluznantes o irrelevantes que sean), argumenta que la mancha no debe quitarse porque es histórica y es «muy admirada por turistas y otras personas». Dejar una mancha de sangre en el salón de una casa privada simplemente porque es histórica, y admirar una reliquia de violencia simplemente porque es tradición, demuestra que la aristocracia está anclada en el pasado hasta un punto morboso.

La crítica de Wilde tanto a los aristócratas británicos como a los estadounidenses muestra su ambivalencia ante lo que él consideraba la tendencia inevitable de la sociedad inglesa. Amaba profundamente el decoro y las pertenencias ornamentadas de la aristocracia, pero odiaba la naturaleza opresiva de vivir dentro de una rígida jerarquía de clases, y comprendía la insensatez de aferrarse ciegamente al pasado. No obstante, incluso cuando Wilde relega a Sir Simon y a la aristocracia británica a la historia, intenta dotar a Sir Simon de cierta dignidad. Sir Simon es el personaje más encantador y educado de El fantasma de Canterville, y al permitirle pasar finalmente con gracia a la otra vida, Wilde parece conmemorar un momento en el tiempo que fue glorioso pero que ya no tiene lugar en el mundo.

  • El fantasma de Canterville por Oscar Wilde ha sido publicado por Rosetta Edu en una nueva traducción al español en tapa blanda y ebook así como en una versión bilingüe, igualmente en tapa blanda y ebook.