La vida imita al arte - Leyendo El retrato de Dorian Gray
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Alerta de spoiler: Este artículo contiene importantes detalles de la trama de El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.
Oscar Wilde agrega un prefacio a su única novela, El retrato de Dorian Gray, exponiendo su teoría sobre la finalidad del arte. Wilde razona hasta concluir que «todo arte es bastante inútil». Si se trata o no de algún tipo de advertencia del narrador, nosotros como lectores no lo sabemos.
El prefacio adopta la forma de una breve introducción en la que el narrador omnisciente revela los temas principales de la novela. La naturaleza y la finalidad del arte es uno de sus temas principales y aquí el narrador sostiene que el arte debe «ocultar al artista». Este es un principio clave del movimiento estético, y sugiere que el papel del arte no es desempeñar una función social en un momento histórico, sino simplemente ser apreciado por sí mismo. Tal punto de vista conduce a la glorificación del arte como algo que está más allá y es superior a la sociedad humana. También sugiere que es un error que las propias personas se impliquen demasiado en sus creaciones artísticas, como hace Basil cuando crea el retrato perfecto de Dorian debido a sus propias emociones y apegos. Basil dice:
Un artista debe crear cosas bellas, pero no debe poner nada de su propia vida en ellas. Vivimos en una época en la que los hombres tratan el arte como si fuera una forma de autobiografía. Hemos perdido el sentido abstracto de la belleza. Algún día mostraré al mundo lo que es; y por eso el mundo nunca verá mi retrato de Dorian Gray.
Basil le ha explicado a Lord Henry que no quiere exponer su cuadro de Dorian porque hay demasiado de sí mismo en él. Lord Henry le responde que los poetas a menudo se ponen a sí mismos en su obra, por ejemplo cuando sufren un desengaño amoroso y utilizan la experiencia como inspiración para su poesía. Basil rechaza esto, manteniendo firmemente la opinión de que un artista no debe poner «su propia vida» en su obra. Esto se hace eco directamente de la afirmación del prefacio de que «revelar el arte y ocultar al artista es el objetivo del arte». De nuevo, este principio es un principio central del esteticismo, un movimiento al que adhería el propio Oscar Wilde.
El otro lado de la misma moneda es la inutilidad del arte; la noción de que el arte es «inútil» es otra de las principales propuestas del movimiento estético. La inutilidad no significa que el arte no deba existir o tener un papel en la sociedad, sino que no debe tener una función más allá de ser visto y disfrutado. Su valor es meramente estético. Por supuesto, el cuadro de Dorian en la novela sí llega a tener una utilidad: Dorian lo utiliza para evadirse de su propia mortalidad. Por lo tanto, cuando se lee en el contexto más amplio de la novela, esta afirmación puede verse como una advertencia sobre lo que ocurre cuando exigimos que el arte asuma una función más allá de su papel estético.
Wilde presenta el arte en muchas formas y el peligro que entraña cuando se toma demasiado al pie de la letra o se cree demasiado en él. Comienza con un cuadro, que altera las perspectivas que lo contemplan y parece alterarse a sí mismo. Una vez que Basil ha atribuido al retrato el poder de captar el espíritu de Dorian Gray, y una vez que Dorian le ha atribuido el poder de albergar y representar su propia alma, el retrato tiene una peligrosa vida propia.
Asimismo, el romance de Dorian con la actriz Sibyl Vane se compone de los personajes románticos que ella interpretaba y del drama de cada representación nocturna. Ver morir a la muchacha en el escenario y luego encontrarla entre bastidores viva y hermosa es un tipo de existencia sobrenatural que no puede durar. El peligro de ver la vida sólo a través de la lente del arte es que uno debe mantenerse a distancia o arriesgarse a arruinar la ilusión, igual que un espejismo. Éste es el problema de Dorian, y el de Basil, y a través de estos ejemplos aprendemos que cuanto más se acerca uno al arte, más cerca está de algún tipo de muerte o destrucción.
El montaje del mundo de Dorian en la sociedad y en su propia casa está lleno de cuadros, fotogramas e imágenes a través de los cuales vemos la vida congelada o alejada. Ya sean retratos, tapices o escenas, estas imágenes crecen y crecen en la novela hasta el acto culminante de Dorian de apuñalar su propio cuadro. Es la presión siempre presente del arte —de ser él mismo una pieza de arte viviente y de ver la vida real reflejada en el retrato— lo que destruye a Dorian.
Además, a medida que leemos la novela, somos conscientes del poder del narrador para encarnar omniscientemente a los personajes e implantar repeticiones de su vocabulario particular, imitando la influencia que las memorables frases de Lord Henry ejercen en la mente de Dorian. En definitiva, como obra de arte en sí misma, la novela nos invita a cuestionar su forma y su propósito, como sugiere el argumento del prefacio.
A la vez el argumento llega no solo a señalar desde el principio del libro la necesidad de la muerte de Dorian Gray sino su perpetuo sufrimiento. Una de las frases claves de la novela es
Nada puede curar el alma sino los sentidos, como nada puede curar los sentidos sino el alma
Basil ha presentado Dorian a Lord Henry, quien lo encuentra extraordinario. Conversan durante un buen tiempo y más tarde Lord Henry sorprende a Dorian en el jardín con la cabeza hundida en flores de lila, bebiendo el aroma como si fuera vino. Lord Henry murmura con aprobación que la experiencia sensual es la única cura para el alma. Este momento puede verse como un ejemplo de la inocencia de Dorian antes de que se obsesione con su propia belleza y mortalidad; su alma es vibrante y sana y está conectado sensualmente con el mundo natural que le rodea. También es un claro ejemplo de la relación casi docente de Lord Henry con Dorian, una relación impregnada de coquetería.
Sin embargo, al mismo tiempo, la declaración de Lord Henry prefigura ominosamente los acontecimientos venideros de la novela. En contraste con el inocente deleite actual de Dorian por las flores, pronto se volverá insaciablemente hambriento de placeres carnales y pecaminosos. Al relacionar la «cura» del alma con los sentidos, Lord Henry prefigura el hecho de que el alma de Dorian acabará destruida por la sumersión en el vicio. Hasta que la única solución es cesar con la vida, y con sus sentidos.
- El retrato de Dorian Gray por Oscar Wilde ha sido publicado por Rosetta Edu en una nueva traducción al español en tapa blanda, tapa dura y ebook así como en una versión bilingüe, igualmente en tapa blanda y ebook.